INTRODUCCIÓN
El voleibol de playa se caracteriza por ser un juego espectacular en un ambiente de alegría y diversión. Según Timón y Hormigo (2010:8) “Se trata de un deporte donde los jugadores de un equipo colaboran entre sí para oponerse a las acciones del equipo adversario que se encuentra en calidad de oponente y que tiene por ende objetivos opuestos”.
En la actualidad, a partir de sus características típicas (arena, sol, viento, lluvia, etc.) se les exige a los jugadores una gran variedad de recursos en la ejecución de las acciones de juego, de las que Fröhner (1985:15) afirma: “Son combinaciones más o menos complicadas y oportunas de diversos procesos psíquicos y motores, que son necesarios para solucionar una tarea de juego”. Además de particularizar en: “una acción de juego es la conducta tácticamente adecuada de un jugador para una continuidad óptima del juego en una determinada situación del mismo en la que influyen numerosos estímulos complejos”.
Lo anteriormente expuesto, junto a la delimitación por el reglamento y en consecuencia la estructura del juego, ha llevado a diferentes autores a diferenciar en complejos su desarrollo (Aragundi, 2006), siguiendo a Palao (2001) citado en Palao, J. M., Santos, J.A. y Ureña, A. (2002) se diferencian las siguientes fases del juego en:
Complejo 1 o K-I: conjunto de acciones que realiza un equipo para neutralizar y contrarrestar el saque del equipo contrario y que buscan ganar la posesión del saque. Engloba las acciones de recepción, colocación y ataque.
Complejo 2 o K-II: conjunto de acciones que realiza un equipo para neutralizar y contrarrestar el ataque del equipo contrario y continuar así sacando. Engloba las acciones de saque, bloqueo, defensa en campo, colocación y contraataque.
Complejo 3 o K-III: conjunto de acciones que realiza un equipo para neutralizar y contraatacar, a su vez, el contraataque del equipo contrario. Engloba las acciones de cobertura o bloqueo y defensa en campo, colocación y contraataque.
Figura 1.
Estructura o fases del juego en complejos según Palao (2001).
A esta repetición continuada de secuencia de acciones se le denomina según Palao (2002), carácter cíclico del juego (Figura 1). Su representación facilita la comprensión del juego y sus derivaciones en cada uno de los complejos, además de dar lugar a las fases típicas del juego, las que por su parte Griego (2016:64) considera la necesidad de su conceptualización y en el desarrollo de un constructo en su tesis doctoral las define como:
Secuencia de acciones técnico-tácticas interconectadas a excepción del saque, cuando el balón proviene del terreno contrario, y que con un fin táctico, se ejecutan con reiteración en el desarrollo de los complejos del juego, en busca de la obtención del punto sobre el accionar del contrario.
Por tanto, determinar su comportamiento le permitirá al entrenador prever un resultado positivo de su dupla en competencias futuras lo que, de hecho, posibilita la caracterización de las principales fortalezas y debilidades, que exigen de grandes esfuerzos para poder lograr una buena técnica, táctica y estrategia de juego. Consecuentemente, la investigación en que se basa este artículo estuvo dirigida a determinar la consecución del punto por set en el juego de voleibolistas de playa juveniles cubanos del sexo masculino, durante el Campeonato Nacional de 2018.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se estudió la población de jugadores del sexo masculino participantes en el Campeonato Nacional Juvenil que se dio cita en la provincia Ciego de Ávila, Cuba, en junio de 2018, donde se observaron un total de 52 partidos efectuados, de ellos 42 culminaron 2 - 0 y el resto 2 - 1, registrándose 18 (13 de 40 puntos y 5 de 28 puntos) del total de set efectuados donde se manifestó el máximo total relativo de puntos (MTRP), necesarios a partir de la máxima oponencia del contrario (MOC), relacionados con la cantidad necesaria para ganar un set de 40 puntos (resultado final de los set 21 - 19) y el último set o decisivo con 28 puntos (resultado final de los set 15 - 13).
La investigación tiene su sustento teórico-metodológico en el enfoque dialéctico-materialista como método general, que favorece el análisis multifactorial y multilateral que inciden en los resultados finales del juego de voleibol de playa mediante un estudio no experimental de tipo descriptivo.
En su concreción los métodos empleados contribuyeron a la sistematización de los referentes teóricos y metodológicos, así como la revisión de bibliografías especializadas de otros autores que sirvieron de base a la investigación. Además se empleó una observación de carácter estructurada durante la competición de voleibolistas de playa juveniles cubanos del sexo masculino. Para la cual se decidió aplicar la metodología propuesta en (Martínez, 2001), teniéndose en cuenta los siguientes indicadores:
Fases típicas del juego de la 1 a la 27(K-I, K-II y K-III).
Bloqueo + saque. (B+S)
Errores de contrario. (Ec)
Los resultados obtenidos con la aplicación de dichos métodos y técnicas son expuestos mediante la organización de los datos cuantitativos en promedios y porcentajes para el análisis descriptivo mediante tablas y gráficos procesados en una hoja de cálculo de Microsoft Excel.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Por todos los argumentos antes expuestos se ofrece a los entrenadores de este deporte un panorama de las fases típicas del juego, donde se incluye además el bloqueo + servicio y los errores o faltas del contrario, relacionadas todas con la cantidad necesaria para ganar un set de 40 puntos y el último set o decisivo con 28 puntos. Todo esto al tener presente MTRP y MOC (Véanse Tablas 1 y 2).
Tabla 1.
Promedio de puntos por indicadores en los set de 40 puntos (equipo ganador)
Fuente: adaptada de (Martínez, 2001).
Tabla 2.
Promedio de puntos por indicadores en los set de 28 puntos (equipo ganador)
Fuente: adaptada de (Martínez, 2001).
Teniendo en cuenta los resultados obtenidos de la aplicación del protocolo de observación, los cuales se reflejan en las Tablas 1 y 2, anteriormente expuestas, relacionadas con el promedio de puntos por set de los equipos ganadores, se decidió separar el indicador 1; en las fases típicas del juego 1, 2, 3 y 27 (Indicador 1.1) los cuales solo aparecen en el inicio del K-I y en los pasajes de un regreso del balón del resto de las fases típicas de la 4 a la 26 (Indicador 1.2), expresándose los resultados de modo general (Figuras 2y3):
Figura 2.
Promedio de puntos por indicadores en un set de 40 puntos. Fuente: elaboración propia
Figura 3.
Promedio de puntos por indicadores en un set de 28 puntos. Fuente: elaboración propia
De los indicadores representados en las Tablas 1 y 2, el indicador 1.1 el cual refiere a las fases típicas del juego 1, 2, 3 y 27 del K-I, aportaron un promedio de 10.00 puntos (47.62%) del total de 21 en los set de 40 puntos; algo parecido sucedió en los set decisivos de 28 puntos con un promedio de 7.40 puntos (49.33%) del total de 15.
Entre las 4 fases típicas que conforman este indicador, la número 2 (Figura 4) fue la que mayor cantidad aportó con un promedio de 6.50 puntos (30.95%) en los set de 40 puntos y un promedio de 5.00 puntos (33.33%) en el set de 28 puntos.
Figura 4.
Fase típica 2 (K-I) Recibo-pase paralelo-ataque-aseguramiento. Fuente: elaboración propia
En cuanto al indicador 1.2 de las Tablas 1 y 2, referentes a las fases típicas de la 4 a la 26, las cuales aparecen de forma frecuente en el desarrollo de los set y que se pueden originar tanto en el K-I, K-II como en el K-III, aportaron un promedio de 4.64 puntos (22.11%) del total de 21 en los set de 40 puntos y un promedio de 3.00 puntos (20.00%) en los set de 28 puntos.
Estas fases típicas del juego dependen de muchas variables y factores que se presentan en las situaciones de juego a la ofensiva y defensa debido a las posibilidades con relación al contrario y su nivel de rendimiento.
No obstante la número 11 (Figura 5) la cual aparece después de una defensa del ataque, dependiendo de la eficacia total del jugador que defiende, fue la que mayor cantidad aportó con un promedio de 1.54 puntos (7.33%) en los set de 40 puntos y un promedio de 1.80 puntos (12.00%) en los set de 28 puntos.
Figura 5.
Fase típica11 (K-II) defensa-pase paralelo-ataque-aseguramiento. Fuente: elaboración propia
Los demás puntos que faltarían para la suma final, están repartidos entre el bloqueo y el servicio con un promedio de 2.79 puntos (13.27%) en los set de 40 puntos y un promedio de 2.40 (16.00%) en los set de 28 puntos; el resto fue aportado involuntariamente por los adversarios, como errores en sus acciones (86.44% en el saque), para un promedio de 3.57 puntos (17.01%) en los set de 40 puntos y un promedio de 2.20 puntos (14.67%) en los set de 28 puntos.
Si bien la muestra analizada difiere en cuanto a la cantidad de puntos por set (Tablas 1 y 2), se puede apreciar similitud en los resultados finales de cada uno de ellos en cuanto a los porcentajes de aparición de cada indicador, pudiendo ser el equilibrio entre ambos la clave para alcanzar la victoria. Tal es así que los datos representados en la (Figura 6) ofrecen la diferencia entre el equipo ganador del Campeonato Nacional Juvenil 2018 y el resto de los equipos que alcanzaron su victoria mediante la MOC y el MTRP en set de 40 puntos, donde a pesar de los valores negativos el equipo campeón muestra una pequeña similitud con el resto de los equipos y fue capaz de alcanzar todas sus victorias en 2 set (2 - 0) frente a sus contrarios.
Figura 6.
Comparación entre el Campeón Nacional y el resto de los equipos. Fuente: elaboración propia
CONCLUSIONES
Las fases típicas del juego 1, 2, 3 y 27 del K-I son las de mayor peso para alcanzar la victoria en voleibolistas de playa juveniles del sexo masculino.
Los errores confieren un número significativo de puntos en voleibolistas de playa juveniles del sexo masculino. Esos errores se manifiestan, en un 86.44%, en la realización del saque.
El equipo ganador del Campeonato Nacional Juvenil masculino 2018 muestra valores negativos (-0.67 puntos) (Gráfica 3) con respecto al resto de los equipos en la fase típica del juego 2, la cual es la de mayor peso en la consecución del punto, y aun así fue capaz de alcanzar la victoria.